
Conspiranoia, la obra de Marc Angelet y Jordi Casanovas
con Luis Merlo-Roberto y Natalia Millán-Clara en el Teatro Alcázar de Madrid,
es una comedia dramática que aborda asuntos profundos como son los de la
amistad y la sinceridad experimentadas hoy por nosotros bajo la influencia de
las redes sociales y sus consecuencias en las relaciones interpersonales.
Durante la obra de una hora y media, todo se efectúa
naturalmente, es decir, a través de la fluidez dialógica cuyas huellas se
graban en la memoria de los espectadores como palabras de verdad y, también de
ironía teatral. Entre otras, destaqué la frase “ni cojín ni cojón”, donde se
nota el juego de los sonidos verbales que añade un tono de identidad personal
al texto de la obra.
Según la trama, hay tres amigos: Luis Merlo-Roberto, presentador
de un conocido programa radiofónico matinal y marido de Clara, Clara Sanchis-Sonia,
geóloga absolutamente entregada a su trabajo y Juanan Lumbreras-Alex, escritor
de auto ficción. Contactados por Roberto, Alex y Sonia preparan con él
"una intervención" a su mujer Clara, interiorista de éxito - Natalia
Millán que se define recientemente como terraplanista. Entonces, se colocan
tres sillas y enfrente de ellas una sola para Clara. Ellos están dispuestos
para hacerle cambiar de opinión, lo que en fin no sucede cómo se esperaba. Además,
hay un personaje narrativo, el hijo de Clara y Roberto, que realiza un papel
importante en la trama, aunque no aparezca en escena.
Más específicamente, en ese decorado sencillo con plantas que recuerdan la importancia de la naturaleza, el intercambio de preguntas y respuestas se realiza con la ayuda de la imagen escénica del cojín, símbolo de acción antes de hablar y dirigir la palabra. En resumidas cuentas, la dirección realística se expresa con una precisión en cuanto al uso de los medios escénicos mientras que los espectadores tienen la oportunidad de valorar las condiciones de la resolución contraria a la primera tesis de la obra.
De hecho,
la trama reclama nuestra atención porque, respuesta tras respuesta, se
reconsidera el poder de los valores humanos con respecto al amor verdadero y a
la inclusión social. Por otro lado, la construcción de los personajes teatrales
es sólida, así que sus reacciones resultan naturales sin que sea suspicaz
escuchar lo que opinan. Gracias a la dirección bien hecha de Marc Angelet, cada
uno refleja su mundo de mentalidad y postura con respecto al otro. Por ejemplo,
Roberto se pone meticuloso y controlador, mientras Clara es paciente y empática
simbolizando la fuerza femenina como fuente inspiradora de la obra. Clara es el
personaje clave de la Conspiranoia.
A esas alturas, sería interesante citar el poema de
Nietzsche titulado “Entre amigos”, que dice así: “Hermoso es callar juntos/ más
hermoso reír juntos/ bajo el baldaquín celeste/ tumbados en la hierba o
apoyados en el haya/ reír en alto con amigos y de buena gana/ y mostrarse
blancos dientes.
Si lo hice bien, callemos;
si lo hice mal, riamos
y hagámoslo cada vez peor,
hagámoslo peor, riamos peor,
hasta que a la fosa
descendamos.
En el mundo polifacético de las relaciones humanas, al
concepto de la amistad como vínculo más importante entre las personas se
atribuye la importancia de ser; cada persona se desarrolla y vuelve a ser la
que es en términos de amistad. Por eso es doloroso mantener el equilibrio a
veces entre los círculos paralelos de nuestras amistades y sus contrastes
inevitables.
Conspiranoia es una obra teatral con un equipo de éxito que merece la pena ver.
*según el libro:
F. Nietzsche, “Entre amigos”, en Humano, demasiado
humano. Trad. de Alfredo Brotons Muñoz. Madrid, Akal, 1996, p. 268.
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