en los brazos de la música
y un sueño inlocalizable
le mitifica la vida de los gatos
Me da más que su ronroneo,
al tiempo lo mide la serendipia
Como gata callejera sigo mi rumbo
por donde huele a marisco
junto al Palacio del Mar rosado
y más tarde entro en la Pedrera
Dentro del mar agitado aunque de piedra
me sorprende la época burguesa de Milá
con la Poética de Aristóteles de 1926
y la cabecera de madera de dos alas
Miro la mariposa eterna sin pestañear,
ese presente es el sueño interminable
De una librería a otra, de Central a la Impossible,
de la editorial Anagrama a la casa de Beethoven
me persigue la voz de mi potencia cerebral;
hay que vivir más, dialogar más con el camino
Somos energía y agua, fuego y aire;
mi gatómetro es ese, siento o no siento
En la luz de las tinieblas,
contra las manecillas habrá vida,
en el eco de la memoria después del viaje,
tras subir un escalón más…
Es que Barcelona en camino, su código doble
BCN en CMN brilla como los ojos de Auriga de Delfos
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