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Showing posts from October, 2024

En la mitad del camino

 

Everywhere there is loss

Loss: Four letters for four seasons and a day, that is, for both abstract and calculated time. The story of all stories. When we start breathing, we are exposed to the after first loss world. Loss takes place for the first time in human life when the baby comes to light from the pure darkness and starts the long journey of loss towards happiness. We cannot be happy unless we lose something, from a condition to an object-subject of parallel feelings and emotions. To invent Loss is the game of adulthood. Loss is to drink my coffee in the cup which was my present to dad and now it has come back to me as the Accursed share of Georges Bataille, after his noted loss. While sipping my coffee, I realize the course of time but I also make a present to my memory, I renew the old fact which cannot change by adding new content and remaking the object handy. Memory needs symbols to stay and inhabit. The full article here: https://monolithvolume.com/katsadima-everywhere-there-is-loss/

No dream for last night

  It has been a while I cannot dream at night, the sea glass is not transparent any more and real is what engages me between the space waves of time left behind, returned as an open check that hits gently my neck.   The crystal light is missing.   I have to go through the old and the new, which means a lot of dedication on what we call present and a day, no matter how we can, we just do it as my hands, the same that classify now used to be in the clay.   The expectation might come true and there was hidden the point of truth and my vigilant eye.   May come true, the current disorder epics do narrate too, but I need to move on, cut this tunnel voice, make another phone call, come to surface and walk faster, think deeper; during the still and scare moments of the ordinary days I put my feet in order and let my upcoming dreams live in disorder.   The crystal light left me indeed.   No...

Crímenes y creencias

  Cada uno tiene una creencia y se la lleva como la hierba del jardín en el bolsillo.   La creencia nutre al país y un cuarto.   Tras perderla, no hay confín; las nubes de la paz se despejan en nombre de la guerra, del desastre.   ¿Cómo se pierde la creencia?   Nos perdemos a nosotros mismos en el presente del habla actual a costa del lenguaje estructural.   Ahora los aplazamientos están prohibidos.   Entre lo que iban a ser y lo que son hay un virus de cordialidad tejiéndoles la telaraña del sentido.   Es traducible lo que solía ser tradición.   Ante la gloria de la nación no se puede participar en gestos ni en movimientos globales.   Estamos limitados en una celda ilógica.   Unos gorriones mueren como si fueran funámbulos en llamas sobre las ramas de la libertad en crisis.   Los crímenes matan a las conciencias.   Aún peor, esos crímenes tienen funda...

Ahora que estoy aquí

  Del canal de cielo se cuelgan flores y la impresión vuelve   Los vocablos en truécanos me preparan sin prisa lo que era Córdoba esa vez   Un nido de emergencia oculto y abierto a rituales cerca de los sabores mezclados   Al repetir el recorrido, la poesía nos enseña cómo saber morir los días ordinarios   La calle o el canal de las flores restituye la sensación     contra la negligencia   En otro canal me encuentro, entre cajas de cartón y planes ahora que estoy aquí     Pues, este aquí no tiene coordenadas sino recuerdos, recados y planes del aire, floreado como tierra eterna

De cuaderno a cuaderno

  Cada época de mis tempestades es un puzle sin piezas libres después de haberla vivida como si fuera sagrada.   Se me olvidan gotas del agua dormida dentro de mí, al dividir el vocablo “olvidar” en olfato y acto de ver.   En cambio, perdonar significa dar, regalar de ti misma tu microcosmos salvado.   Espero el poema nuevo, la llovizna autumnal y sus hojas secas de cuaderno a cuaderno.

Agnus Dei

    Dos mecedoras de mimbre inmóviles; hace tiempo que nadie se siente en estas, y su vista dolorosa es un sacrificio.   Objetos y recuerdos sobreviven después de la huida de las voces amadas.   Aguantamos lo indecible como las rocas antes de pisar la playa paradisíaca.   Sacrificamos el presente y su vena ante el pasado que glorificamos.   La escapada al mar está aplazada hasta el cumplimiento de las prioridades.   Pero, ¿hasta cuándo guardaremos los caballos encerrados? La vida no desaparece nunca.   Parece que Agnus Dei nos queda trágicamente bien.

Si Gabo está aquí...

  Al leer, se constata que no cambió mucho hasta hoy.   Estilo demasiado artístico para un comunista; él es diferente de los demás y eso es problema.   El escritor tiene sus fantasmas y mitos, crucigramas de soledad y nostalgia, pero perjudica al algoritmo del conjunto.   Escribe contra el consejo de un editor argentino que cambiara profesión.     En el metro de Buenos aires, dentro de 15 días sólo se venden cinco mil ejemplares de su novela Cien años de soledad , en la que Gabo tenía confianza.       Era su momento y él lo sabía después de haber vivido entre trauma - taumaturgia.   No me dejo cambiar rumbo sino planes para poder llegar a la luz del camino. Aún la sombra cultiva las ideas en preparación.   Si Gabo está aquí, es porque tiene alguien a quien le dé impulsos. * pic data:  Image by Wolf Gang Kuhnle  

Digo que no

    Dice que sí, dicen que sí, digo que no.   Camino, leo, veo al lado de una ventana y una taza de café.   El mundo invisible hace el lugar igual que la ventana se abre para poder tomar aire.   Mi ventana interior, pausa entre los actos   toca las puertas de los demás.   Tras decir que sí ellos han perdido sus ventanas, se llevan solo puertas sobre las espaldas.   Digo que no, soy la que no arriesga su cristal esperando flores.