Dice que sí,
dicen que sí,
digo que no.
Camino, leo, veo
al lado de una ventana
y una taza de café.
El mundo invisible hace el lugar
igual que la ventana se abre
para poder tomar aire.
Mi ventana interior,
pausa entre los actos
toca las puertas de los demás.
Tras decir que sí
ellos han perdido sus ventanas,
se llevan solo puertas sobre las espaldas.
Digo que no,
soy la que no arriesga su cristal
esperando flores.
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