Cada mañana asoleada
es la promesa que sobra miel para todos
Cada mano
rendida al gesto afectivo la afianza
La promesa,
la que nos vuelve al cielo infantil
Como si ella fuera el ciprés solitario
que contemplaba desde lejos
Y ahora que camino hacia el árbol alto,
veo que me afecta, aunque sea intocable
Volver atrás, repetir el pasado,
caminando y contraponiendo vocablos
Entre tocar y no
eres la promesa, mar omnisimbólico
Me quedo en este rincón
rodeada por sol, cuerpo sobre cuerpo
Comments
Post a Comment